Nuestros mapas turísticos

Mapas de distancias y trayectos

Para llegar a Madeira, hay vuelos directos desde algunas ciudades españolas como Madrid, Tenerife o Gran Canaria a Funchal en determinadas épocas del año, con una duración aproximada de entre 1 hora y media a 2 horas y media. Si no consigues un vuelo directo, el viaje suele ser de más de 5 horas y media. En la mayoría de los casos, se hace escala en Lisboa. El vuelo Lisboa - Funchal dura aproximadamente 1 hora y media. Una vez allí, la red de transporte público no está muy bien desarrollada, por lo que alquilar un coche será la mejor manera de explorar la isla. Encontrarás empresas de alquiler de coches en el aeropuerto. Y para los que no quieran perderse las playas de Porto Santo, existe un autobús diario que conecta Madeira con Porto Santo en 2 horas y media. Te recomendamos que reserves tu viaje con antelación si planeas visitar Madeira durante el período de verano.

Los lugares insólitos de Pauline y Pascal

Nuestros rincones favoritos de la isla se encuentran, por lo general, en la zona occidental de Madeira:

El pueblo de Jardim Do Mar es, en nuestra opinión, el más auténtico, florido, acogedor y animado de los pueblos de Madeira. A pesar de todos sus atractivos turísticos, este pueblo no es víctima del turismo de masas, ya que el lado oeste de la costa sur sigue siendo relativamente salvaje. Situado junto al mar, sus terrazas repletas de bares y restaurantes te animarán a relajarte durante horas mientras observas el paisaje oceánico que tienes frente a tus ojos.

La playa de Seixal es la playa más bonita de la isla. Su fina arena negra natural es particularmente rara en la isla, más conocida por sus playas de guijarros. Esta cala rompe el oleaje, que suele ser frecuente y fuerte en la isla, lo que hace que sea accesible a todo el mundo, incluidos los niños. Además, está rodeada por un vertiginoso y verde acantilado, decorado con cascadas. También encontrarás un puerto deportivo, así como una cafetería muy acogedora.

Fanal se encuentra en la «meseta alta», la región Centro Oeste. Aquí encontrarás los árboles más antiguos de Madeira, ya presentes en la isla durante la colonización del siglo XV. Este bosque, ahora protegido por la UNESCO, le ofrece a la isla un marco encantador, casi mágico. De hecho, las nubes bañan a menudo este bosque, cubriendo todos los «monstruos de la naturaleza» que lo habitan de líquenes y otros musgos, haciendo así que la vida vegetal sea omnipresente.

Las 25 Fuentes y la Cascada de Risco es una ruta desde Rabaçal, en la meseta occidental de la isla. Este paseo te hará penetrar en el bosque endémico único de la laurisilva, protegido por la UNESCO, mientras bordeas los famosos canales de irrigación de las Levadas de Madeira. Con este recorrido se llega hasta 2 magníficas cascadas, una distinguida por su altura (Cascada de Risco) y la otra por su terraza panorámica (25 Fuentes).

La Punta de San Lorenzo, situada en la parte oriental de Madeira, se reconoce fácilmente por la sequía que la azota durante todo el año. Este aspecto desértico es único en la isla principal de Madeira, pero se asemeja mucho al paisaje de la segunda isla principal del archipiélago, Porto Santo. El encanto de este lugar salvaje reside especialmente en las características de su roca indómita, salvaje, y con una amplia variedad de estratos reconocibles a simple vista.

Ponta do Pargo, al oeste de la isla, ofrece unas vistas impresionantes de la costa oeste. Este acantilado de más de 300 metros de altura alberga un faro que se puede visitar si quieres conocer más de la historia de este lugar y de los hombres que lo habitaron.

Porto Moniz, situada en la costa noroeste, es una ciudad famosa por sus piscinas volcánicas naturales. Te aconsejamos que busques las piscinas gratuitas que se encuentran a la derecha al llegar a la ciudad, ya que son las más salvajes. Sin embargo, las piscinas volcánicas de pago están mejor acondicionadas, por lo que pueden ser una buena opción especialmente para los niños. Además, Porto Moniz también ofrece un acuario (el único en la isla) que cuenta con las especies presentes en la costa de Madeira.

El Pico Ruivo y el Pico Arieiro son las dos cimas de la isla que culminan a unos 1.860 m y que se encuentran a tan solo 50 m el uno del otro. Se puede realizar una ruta de alta montaña entre estos dos picos, pero se requiere una buena condición física. Sin embargo, estos esfuerzos no serán en vano, ya que esta ruta ofrece unas vistas panorámicas de toda la isla que te dejarán sin aliento. ¡Y todo esto en tan solo 6 horas de paseo! Eso sí, no hay que olvidar que hay un desnivel de unos 1 400 m entre la ida y la vuelta.

Funchal, la capital de Madeira, es una ciudad cálida, animada y artística. Su centro histórico tiene un pequeño callejón llamado Santa María, donde encontrarás diferentes puertas pintadas. Muchas de ellas fueron incluidas en un ranking que realizó el ilustrador Bored Panda en su página web con las puertas pintadas más bellas del mundo. A lo largo del puerto deportivo, en dirección al Fuerte de São Tiago, conocido por su fuerte color amarillo, encontrarás un acogedor bar, el Barreirinha, que ofrece regularmente conciertos en la terraza.

Sin duda alguna, recomendamos todos los clásicos de Funchal, incluyendo el teleférico que te llevará a sus dos grandes jardines: el Jardín Botánico y el Jardín Tropical, situados en la localidad de Monte. Te aconsejamos que cuentes con medio día para visitar cada uno de ellos. Ambos jardines son fácilmente accesibles en coche. Nota: cerca de Funchal verás indicado en la autovía la localidad de Cabo Girão. Te recomendamos que te detengas a visitarla, pues allí encontrarás un magnífico mirador sobre una plataforma de cristal situada a 589 m de altitud, siendo así una de las más altas de Europa.