Lisbonne : los 4 lugares que no te puedes perder

Date también una vuelta por el barrio de Belém y contempla la torre del mismo nombre. Símbolo de Lisboa, el edificio se construyó como tributo a los exploradores, muchos de los cuales emprendieron sus viajes de descubrimiento para hacer de este país un imperio. Para los más golosos, es obligatoria una parada en la Antiga Confeitaria de Belém, que elabora desde 1837 los deliciosos Pastéis de nata, unas tartaletas rellenas de crema.

Este barrio es el segundo más concurrido de Lisboa, un lugar perfecto para disfrutar de la vida nocturna de la ciudad, cuando los bares, las discotecas y el fado despiertan a los lisboetas para llenar de alegría sus calles. No dudes en pedirte un vaso de ginja (ginjinha), un licor de cerezas artesanal. Te recomendamos el Convento do Carmo, una joya destruida durante un terremoto en 1755 que desvela una atmósfera algo inquietante.

Mosteiro dos Jerónimos es probablemente el monumento más bonito de Lisboa. Este monasterio del siglo XVI despierta una gran admiración gracias a la delicadeza de su piedra cincelada. Conchas, viñas y animales se entrelazan entre los muros y la arquería de un edificio salomónico único. Además, fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1983.

El barrio de Alfama representa la esencia de Lisboa. Pequeños patios con flores, casas entramadas, conciertos de fado (música típica portuguesa) en los restaurantes... Deambula por sus calles y coge la mítica línea del tranvía nº 28, repleto de turistas, pero también de encanto. El laberinto de calles de Alfama se extiende en pendiente hasta el Castillo de San Jorge, un imponente castillo desde el que se puede admirar toda la ciudad.